Este proyecto se empezó a trabajar en octubre de 2021. Presentado por el Director de Artouste, se pretendía ampliar la oferta de actividades de verano con una pista de esquí seco de unos 200 metros de largo y 15 de ancho en una zona orientada a sur. De esta manera se podría dar clases a debutantes en una época más tranquila y hasta con una meteorología más agradable para los que empiezan. E incluso habilitarla en inviernos complicados.
Sin duda alguna podría ser un negocio interesante para Artouste, teniendo en cuenta que las clases de esquí son el maná de las estaciones ya que además de abonar por la hora de lecciones, hay que pagar también un forfait y alquiler de material. Al acabar, seguro que cae algo en una de las terrazas. Faltaría saber cuanta gente está dispuesta a subirse en verano para aprender a deslizarse. Quizás por eso es algo que no vemos actualmente en prácticamente en ningún lado.
Artouste de momento tampoco lo verá. Según el diario La Republique des Pyrenees, el proyecto está actualmente estancado. En julio de 2022 se hizo público por primera vez la intención de contar con una pista de esquí seco para el verano de 2023, pero las subvenciones que se pidieron no llegaron. Jean-Christophe Lalanne, Director de Artouste se queja de que es más fácil pedir ayudas para nieve artificial que para una iniciativa de desestacionalización,
“Se dedicó mucho tiempo a estudiar el proyecto. Obtuvimos la aprobación de la Comisión Departamental de la Naturaleza, Paisajes y Espacios.
Ahora estamos esperando las órdenes de subvención para poner en marcha el proyecto. Tanto de la Región como también de organismos públicos del Macizo de los Pirineos.
Es más fácil conseguir subvenciones para cañones de nieve que para proyectos como este”
Una vez llegara este dinero, Lalanne asegura que en apenas tres meses se puede tener todo montado.
De todas maneras tienen otro inconveniente delante, y es que los ecologistas se han fijado también en este proyecto para tratar de tumbarlo. Y eso que la pista está en una zona dentro de las actuales instalaciones de Artouste, que ya está abierta en verano con otra actividades como el famoso Petit Train.
Para ellos se trata de un proyecto aberrante que conduce a la "artificialización de la montaña". Aseguran que el esfuerzo debe encaminarse a renaturalizar aquella montaña para que sea de acceso público (como siempre, solo para los que tengan el estado físico para llegar),
Reconocen que no tienen idea de qué materiales se van a usar en la pista, ya que de momento tampoco se ha publicado porque no hay subvenciones para hacer la redacción del proyecto. No obstante las últimas tecnologías en este tipo de pistas, ya usan plásticos biodegradables y reciclables. Algo que se da ya en general en una época en que lo sostenible es tendencia.