Poco a poco algunas estaciones dejan de ver algunos de sus remontes como simple aparatos que sirven para llevar esquiadores del punto A al B. En muchos casos se busca ahora una experiencia completa en el que el transporte se convierta en un viaje experiencial. Esto se da especialmente en los telecabinas, ya que es más cómodo para el turista ocasional que viene a disfrutar de la nieve en invierno o de la montaña en verano.
En 2012 se inauguró en Suiza el primer telecabina cabrio, denominación propuesta por sus impulsores. Construido por Doppelmayr se trata de una cabina de dos pisos. El de arriba es el que da acceso a la azotea donde los pasajeros pueden hacer el viaje con la melena al viento. Este remonte costó la friolera de 23 millones de euros, y su destino es la cima del Stanserhorn donde hay un restaurante y punto de inicio de rutas de senderismo. No hay estación de esquí, así que en invierno no funciona, lo que da una imagen del enorme negocio que ofrecen estos aparatos.
No es de extrañar por tanto que otras empresas, en esta ocasión sí que en estaciones de esquí quisieran tener uno. Dachstein en Austria fue el siguiente, y pocos años después el invento volvió a traspasar fronteras para instalarse en Tignes, donde desde 2018 tienen su cabrio, en este caso sobre un teleférico.
La estación de esquí de Zermatt, donde las ofertas para turistas no esquiadores supone cada vez más porcentaje de su millonaria facturación anual, no podían quedarse atrás en esta moda. Así que el pasado 2 de enero inauguraron el muy espectacular teleférico de Furli pensando ya en el verano.
Recordemos que se trata de un teleférico totalmente automatizado, donde ya no se requiere personal para el control de los accesos de pasajeros; que además pasa por una especie de lupa gigante a través de la cual se puede ver en medio la montaña de Zermatt; y puede ser usado, como no, por pasajeros no esquiadores. De hecho pertenece a la red de transporte del Alpine Crossing con el que se puede pasar de Italia a Suiza (y viceversa) suspendido por cable con las maletas en la cabina y por el 'módico' precio de unos 200 euros.
Un teleférico de estas características no debió costar nada barato, así que parado lo que hace es perder dinero. Por eso cuando se encargó este remonte ya se hizo pensando en el verano. Y en este caso se escogió la experiencia Cabrio. Acabada la temporada de esquí, los técnicos le acaban de poner una terraza en la azotea. Tan literal como lo que se puede ver en el vídeo que han hecho sobre el proceso.
La inauguración de esta 'roofsession 2024' es este jueves 2 de mayo. Los que quieran pegarse un viaje con la brisa en la cara, tendrán que pagar un extra de 10 CHF, a los 47,50 CHF del viaje Matterhorn Glacier Paradise, que al cambio en euros es prácticamente lo mismo. Como el Furli está totalmente automatizado y no hay personal, para evitar que nadie se cuele a la terraza, dentro de la cabina hay un torno que da acceso a las escaleras del piso superior.
Hay cuatro estaciones de esquí en el mundo que cuentan con un telecabina cabrio, además del de Stanserhorn, que fue el primero aunque lleva a un restaurante. Así, además de Dachstein en 2018 y Tignes en 2019, en 2021 fue Carezza en las Dolomitas italianas la que se apuntó, a la que siguió Snowbird en 2023. El de Furli en Zermatt será el quinto en un complejo invernal, y el sexto en el planeta.
La azotea del Furli-Zermatt se acopló por cable